El Palacio de Hierro de Orizaba
Claudia Domínguez
Claudia Domínguez
El Palacio de Hierro / Isaac Vásquez
El art nouveau es un estilo dentro de la llamada corriente Arts & Crafts, surge como una reacción a la sobriedad de la estética victoriana y su intención es dotar de belleza a los objetos de la vida cotidiana, lo cual explica su influencia en diversas áreas artísticas como la pintura, el diseño y la arquitectura, entre otras. Se caracteriza por sus líneas orgánicas, inspiradas en la naturaleza y aprovechó también las entonces nuevas técnicas y materiales desarrollados en el siglo XIX, como el metal y el vidrio, con lo que unió belleza y virtuosismo técnico.
Heredero de la Revolución Industrial, el art nouveau es una de las vanguardias artísticas más elegantes e incluso sensuales y que a la vez ilustra el proceso de liberación social que se vivía a principios de siglo XX, el deja atrás las costumbres de la época y expande la consideración hacia el estudio de lo humano.
Esta corriente estética llega a México en la frontera entre el siglo XIX y el XX, muy ligada al art déco, éste último tiende a la depuración de las líneas ondulantes del nouveau y busca una expresión más limpia y geométrica. Ambas tendencias arquitectónicas encuentran en las clases adineradas del país una clara aceptación que a su vez se vinculada con el prestigio de la cultura francesa en México.
Dado el paso del tiempo, no abundan en nuestro país los edificios adecuadamente conservados que sean representativos de aquella época, uno de los tesoros escondidos que aún manifiestan la dignidad y belleza de estas construcciones es el conocido popularmente como el Palacio de Hierro, esto es, el ex Palacio Municipal de Orizaba, Veracruz, un caso singular por su arquitectura de estructuras metálicas y modulares.
El arquitecto francés Gustave Eiffel fue el encargado de diseñar El Palacio de Hierro,
reconocido por ser el artifice de la Torre Eiffel en París.
Fotografía de Gaspard-Félix Tournachon
El Palacio de Hierro de Orizaba (sin tener relación con las tiendas departamentales), se encuentra en la antigua Plaza de Armas, en la calle Madero entre Poniente 2 y 4 del centro histórico de dicha ciudad a la que el novelista del siglo XIX Rafael Delgado bautizara como Pluviosilla, en honor al clima y al origen del nombre en náhuatl de este sitio: lugar de las aguas alegres.
Se dice que esta edificación es el único palacio metálico en el mundo, fue encargado en 1891 por el alcalde de Orizaba, Julio M. Vélez a la Societé Anonyme des Forges d’Aiseau, la cual encomendó el diseño a Gustave Eiffel, la idea era la construcción de un edificio digno para el poder local que representara un bajo costo y un rápido levantamiento, pero que a la vez reflejara la modernidad e importancia de Orizaba, en ese entonces considerada una de las ciudades más productivas, cultas y educadas del país, con una clara simpatía hacia el régimen de Porfirio Díaz y las ideas conservadoras.
La importancia de Orizaba viene desde tiempos anteriores. De 1797 a 1798 fue capital del Virreinato de la Nueva España, su generoso clima y su ubicación estratégica la hicieron un punto obligado en el paso entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz; en 1874 fue declarada capital del estado de Veracruz por el entonces gobernador Apolinar Castillo, pero pronto el general Juan de la Luz Enríquez le quita el poder y traslada definitivamente la capital estatal a la ciudad de Xalapa. Más tarde, a principios del siglo XX, en honor al depuesto gobernador, los orizabeños nominan Apolinar Castillo al parque municipal (antes conocido como el Paseo de los Naranjos), y en descargo “mandan el nombre” de Juan de la Luz Enríquez al cementerio municipal.
Orizaba en 1910
Gran parte del costo de El Palacio de Hierro fue financiado por un préstamo a largo plazo y a bajo interés por parte de Manuel Carrillo Tablas, mecenas de la ciudad, él también financió el traslado de las piezas enviadas desde Amberes, Bélgica en tres barcos de vapor que entregaron 3,369 bultos y una estructura metálica en el puerto de Veracruz.
Construido en 1892 a base de láminas, postes, puertas de madera y ornamentos de hierro, el edificio consta de 823,000 tornillos, fue inaugurado el 16 de septiembre de 1894 por el gobernador Teodoro Dehesa y se mantuvo en funcionamiento como palacio municipal por espacio de 97 años.
Recientemente El Palacio de Hierro se encuentra remodelado, pero ya no funge como asiento del municipio, sino que además de ser un atractivo arquitectónico y turístico también cumple funciones relevantes culturales, de divulgación científica e histórica. En su interior alberga el Planetario Rodolfo Neri Vela, el Museo Prehispánico Raíces de Orizaba, el Museo de la Cerveza, el Museo del Futbol, el Museo de los Ex Presidentes, el Museo de las Banderas, el Museo Interactivo de Orizaba y el Museo Geográfico de Orizaba.
Exposición del Museo del Futbol