Porque la Transparencia y la Rendición de Cuentas fortalecen la Democracia

3.4. Identificar áreas de riesgo de la gestión gubernamental.

La actividad fiscalizadora implica la revisión de los mecanismos, políticas y procedimientos tanto internos como externos de los organismos con manejo de recursos públicos, lo cual, arroja resultados que nos ayudan a advertir si nos encontramos en presencia de conductas reiterativas, así como también de conductas que descansan en vacíos y lagunas legales, lo que es indicativo de riesgo en la gestión gubernamental.

Por ello, se hace necesario que las áreas encargadas del ejercicio técnico de la actividad fiscalizadora, primeramente compartan con el resto de las áreas involucradas, el seguimiento histórico y los datos estadísticos de situaciones reiterativas y susceptibles de riesgo, que puedan ser propicias para actos de corrupción cuyas consecuencias impliquen afectaciones al erario público.

Una vez establecido el intercambio de información y la identificación de conductas determinadas, el Órgano deberá formular las estrategias indispensables para prevenir, disuadir y, en su caso, sancionar los actos calificados de daño patrimonial, desvío de recursos y de corrupción.

Con lo anterior, el ORFIS podrá satisfacer uno de los fines en los cuales se sustenta el Sistema Nacional de Fiscalización, como lo es, el “Fortalecimiento del papel de la fiscalización en la promoción, determinación y fincamiento de responsabilidades a servidores públicos”.

Líneas
3.4.1. Identificar áreas de riesgo y procesos críticos a través de la información periódica proporcionada por los Entes Fiscalizables.
3.4.2. Analizar y sistematizar la información derivada de los procesos de auditoría, para determinar irregularidades y sus áreas de riesgo.
3.4.3. Coordinar acciones con los Órganos de Control Interno de los Entes Fiscalizables, para evitar reincidencias de observaciones y prevenir actos de corrupción.
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